Los efectos de un trauma intrauterino, tienen un importante efecto en el vínculo materno, incluso en el paterno.
Si bien un buen soporte durante el embarazo y la infancia mitigará la sensación de vulnerabilidad del niño después de la experiencia traumática, se produce una demanda del bebé a los padres que habitualmente no podrá ser entendida, ya que al no ser testigos de lo ocurrido, no podrán entender los motivos de la desesperación del bebé.